Los nachos no son solo una tapa. Son un fenómeno global. Crujientes, sabrosos, versátiles… pocos platos han cruzado fronteras con tanta facilidad y han sabido adaptarse sin perder su esencia. Pero, ¿sabes de dónde vienen y por qué se llaman así?
La historia comienza en 1943, en Piedras Negras, México, muy cerca de la frontera con Texas. Un grupo de esposas de militares estadounidenses entró en un pequeño restaurante cuando la cocina ya estaba cerrada. El maître, Ignacio «Nacho» Anaya, improvisó con lo que tenía a mano: totopos (triángulos de maíz fritos), queso fundido y jalapeños. La mezcla fue un éxito instantáneo. Lo llamaron “Nacho’s Special” y, con el tiempo, simplemente nachos. Así nacía una leyenda.
Del antojo fronterizo al mundo entero
Lo que empezó como una improvisación fronteriza se convirtió en un icono global. A medida que los nachos cruzaban la frontera y ganaban popularidad en el sur de Estados Unidos, comenzaron a adaptarse a nuevos ingredientes: carne, frijoles, más tipos de queso, guacamole, salsas… El plato se volvió más contundente, más creativo y, en muchos casos, más social.
Porque si algo define a los nachos es su naturaleza de compartir. Es la tapa perfecta para amigos, la antesala de una buena comida o el acompañamiento ideal para una cerveza bien fría. Cada capa esconde una sorpresa. Cada totopo es una invitación a seguir comiendo.
Y como buena tapa viajera, los nachos no tardaron en conquistar España. Hoy, forman parte del menú de bares modernos, locales tex-mex, gastrobares y restaurantes que buscan ese equilibrio entre lo informal y lo sabroso.

Nachos Siroco: Una tapa con alma, cuerpo y sabor
En Siroco, no nos conformamos con los nachos de siempre. Sabemos que una tapa tan querida merece una versión a la altura. Por eso, hemos creado nuestros Nachos Siroco, una receta pensada al detalle para provocar esa sensación de “¡wow!” desde el primer bocado.
No se trata solo de montar ingredientes sobre totopos. Se trata de crear un plato con estructura, sabor en capas y equilibrio.
¿Qué hace especiales a nuestros Nachos Siroco?
- Totopos artesanos: gruesos, crujientes, capaces de soportar todo lo que les pongamos encima sin romperse.
- Carne chili cocinada a fuego lento, con ese sabor profundo, especiado y ligeramente picante que recuerda a las mejores cantinas tex-mex.
- Alubias que aportan cremosidad, textura y ese guiño al chili con carne clásico.
- Una mezcla de quesos fundidos, que se deslizan entre los ingredientes como un hilo conductor de sabor.
- Salsa cheddar, intensa, cremosa, y adictiva.
- Guacamole casero, preparado cada día con aguacate fresco, lima, cilantro y un punto de sal que despierta todos los matices del plato.
- Pico de gallo, esa explosión de frescor con tomate, cebolla, lima y un toque de chile.
- Nata agria, para equilibrar con su acidez y untuosidad cada cucharada.
- Y por último, nuestro toque secreto: un relish de tomate que aporta dulzor, contraste y un final inesperado que eleva la tapa al siguiente nivel.
El resultado no es una tapa más. Es una experiencia gastronómica en forma de montaña crujiente y jugosa. ¡Ideal para compartir!
Ven a descubrirlos
En Siroco creemos que una buena tapa no es solo comida. Es un momento, una historia, una excusa para disfrutar. Los Nachos Siroco lo tienen todo: raíces, sabor, textura y carácter.
¿Los has probado ya? Si no, te estás perdiendo uno de los grandes placeres de nuestra carta.